viernes, 27 de noviembre de 2009



SEÑALES DE LA PUPILA




Sus dilataciones y contracciones indican cambios de humor. Pero lo que afecta al tamaño de las pupilas, además de la luz, son los cambios emocionales.
Efectivamente, si vemos algo que nos excita – con ilusión o por miedo- nuestras pupilas se expanden más de lo que requerirían las condiciones luminosas existentes. Si vemos algo que nos desagrada levemente, se contraerá más de lo que nos exige la luz.

Pero las señales de la pupila, además de emitir inconscientemente, se reciben también inconscientemente.
SEÑALES BARRERA



La gente se siente más segura detrás de una barrera y al toparnos con un situación que puede ser amenazadora intentamos establecerla inmediatamente. Observar a la gente en estas situaciones trae de nuevo a la memoria la costumbre infantil de esconderse tras el cuerpo de la madre.
Las formas más corrientes de barreras son cruzar los brazos formando una protección sobre el pecho, cambiar la posición del bolso o correa del reloj, el cruzarse de brazos, unirse las manos, sujetándolas entre los muslos para proteger los genitales.


ZONAS TABU



Es un area del cuerpo que otro no se puede tocar. Solamente los amantes y los padres de hijos pequeños tiene acceso libre a cualquier parte del cuerpo.
Se llevo a cabo una cuidadosa investigación con el fin de conocer las zonas tabú entre los estudiantes. La superficie corporal fue dividas en 12 zonas distintas de contacto y los sujetos fueron interrogados sobre si les gustaba ser tocados en esas partes por: 1. Sus madres 2. Sus padres 3. Amistades del mismo sexo; se pueden agrupar así: 1. Las madres tocan más a sus hijas que a sus hijos en el cabello y los abrazos. 2. Madres tocan a sus hijas menos que a sus hijos en el pecho. 3. Padres tacan a sus hijas menos que a sus hijos en el cabello, cara, cuello y los hombros. 4. Una amiga toca a otra menos que un amigo a otro en los hombros, pechos y piernas. 5. Un amigo toca a otro amigo menos que una amiga a otra en la cara, rostro, antebrazos. 6. Mujeres tocan a los hombres en las rodillas menos que ellos a ellas. 7. Varones tocan a sus amigas en el pecho y el pelvis menos que ellas a ellos.
SEÑALES DE AMENAZA

Las señales amenazadoras son aviso de una agresión en marcha. Son acciones, que si continuaran su evolución, llegarían al ataque físico, pero como permanecen en estado inmóvil se quedan en exhibiciones visuales.

Los gestos agresivos en el vacio, en los cuales la acción se completa, pero sin establecer contacto físico con el enemigo. Lanzarse un puño al aire, el corte carnicero agitar el dedo índice.
Los gestos desviados, en los cuales el asalto se lleva a efecto y establece contacto… pero no con el cuerpo ajeno, sino con el propio. Estrangularse, el puño se atornilla en la rodilla.
El hombre es mucho mas amigo de las amenazas que de las agresiones.

SEÑALES OBSCENAS

Son los actos sexuales que ofenden a quienes los contemplan. Las obscenidades pueden observarse en dos situaciones distintas. Una “amistosa vulgar” y la otra “deliberadamente provocativa”. Lo que se pretende es usar la palabra tabú como simb´loca forma de ataque. En lugar de golpear se le envía un gesto sexual que, en general, conlleva un tremendo impacto.

Hay cinco categorías principales: Señales Fálicas masculinas. Señales de apertura genital femenino. Señales de copula. Señales de masturbación y signos tentativos.


COMPORTAMIENTO AGRESIVO

Golpes intercambiados; la biología del combate humano.
El hombre está mucho menos equipado para la lucha que el de cualquier otro animal. Para conseguirlo nos hemos provisto de armas: 1. Aumentando progresivamente la capacidad sangrienta de nuestros actos hostiles. Al complementar con útiles romos, luego afilados y, finalmente explosivos. 2. Desaparece la garantía de que los oponentes están igualmente equipados en la lucha. 3. La eficacia de las armas artificiales hace que se necesite cada vez menos fuerza física para usarlas. 4. Aumentado el campo en el que nuestras armas pueden ser efectivas. Arrojar un objeto, se invento al flecha, llego la pólvora y luego las balas
5. Podemos lograr gran cantidad de victimas en el espacio de un segundo.

Resulta curioso que el factor del comportamiento del hombre que el coloca continuamente al borde de la destrucción bélica.


COMPORTAMIENTO DE SUMISIÓN


Como aplacamos a un atacante o enemigo. Es típico entre los mamíferos en peligro el contorsionarse, llorar, encogerse para proteger las partes vitales. El rasgo más importante de la sumisión es aparentar pequeñez. Esto se consigue de dos formas: Doblando el cuerpo y rebajándolo en relación al atacante. El subordinado camina con los hombros encogidos y la cabeza baja.

En la forma más moderada aparece cuando un subordinado se inclina levemente mientras habla con un superior, o cuando lo hace el vendedor que ofrece mercancía al cliente.
Actos de sumisión son: la reverencia, el quitarse el sombrero, colocar las rodillas en el suelo ante un superior, una rodilla que se dobla, el besar la mano y un pie que se echa hacia atrás.
Solo en el culto religioso puede verse todavía la forma de respeto total, con las rodillas en la tierra. Si aplicamos, estos principios de comportamiento de sumisión a la realidad cotidiana, podemos manipular cualquier situación para apaciguamiento de alguien irritado.



DESLICES GESTUALES

Clave que nos traicionan sin saberlo nosotros. Se pueden usar algunas partes de su cuerpo con mayor facilidad que con otras (especialmente con los gestos de la cara). No puede mentir tan fácilmente con la posición de su cuerpo –rigidez o relajamiento-. Es más fácil indagar en su estado de animo a través de sus manos, cuyos movimientos no están conformados por una regla social. Finalmente, quedan las piernas y pies que , precisamente porque son las zonas del cuerpo de las que somos menos conscientes, pueden traicionar mejor nuestras ideas.
Estos profesionales tiene su vida formada alrededor de la Mentira: Vendedores, abogados, magos y políticos.






Unos investigadores norteamericanos realizaron una interesante experiencia con un grupo de enfermeras, a las que presentaron películas mostrando amputaciones etc. Después les pidieron que describieran lo que vieron, pero unas diciendo la verdad y otras mintiendo. Los encargados del experimento pudieron registrar una serie de diferencias – clave en los actos corporales. Son los siguientes: 1. Al empezar a mentir, las enfermeras redujeron la frecuencia habitual de los gestos de sus manos. 2. Al mentir, las enfermeras aumentaron la frecuencia de contactos mano – cara. Para ocultar el engaño se usan: Cubrirse la boca, rozar los labios con los dedos en forma de abanico o la mano reposando junto a la comisura.
3. Al mentir, las enfermeras se agitaban más en sus asientos. 4. Mientras otros gestos de la mano decrecían en frecuencia, las enfermeras aumentaban, al mentir, el gesto de la mano que se conoce como Indiferencia.
5. Mintiendo, sus expresiones faciales eran casi las mismas que cuando decían la verdad.


SEÑALES CONTRADICTORIAS

Mensajes opuestos y simultáneos. Si los actos son conscientes y deliberados, más mentira con el cuerpo. Si el acto es inconsciente su cuerpo revelará mejor su interior. Se establece una escala de credulidad: 1. Señales autónomas (Es difícil que podamos controlarlas. Imposible transpirar, cuando uno quiere empalidecer) 2. Señales de piernas y pie (tensiones de piernas que contradicen caras relajadas y atentas) 3. Señales de toros: (La postura general del torso es una buena señal para aprender el estado de ánimo de la persona). 4. Gesticulaciones sin identificar: (aunque no sepamos exactamente cómo las movemos, intuimos al hablar que están ahí, agitándose).
5. Gesticulaciones Identificadas (si un político derrotado levanta la mano con la v de la victoria se podría admirar su espíritu de luchador). 6. Expresiones Faciales (la cara ayuda porque estamos tan acostumbradas a usar las expresiones faciales que el mentir resulta fácil).


SEÑALES TRUNCADAS

Una señal truncada es la que no llega a su nivel normal de intensidad, quedándose más corta de lo esperado. El individuo intenta ofrecer, exteriormente, lo que no está experimentando por dentro.

Algunos actores consiguen alcanzar el apropiado estado de ánimo y cuando están metidos en el personaje dejan que su cara y sus manos se muevan con naturalidad.

SEÑALES EXCESIVAS

Reflejan la incapacidad del protagonista para juzgar los límites de su reacción fingida. Existen dos clases de señales excesivas: 1. El desconocimiento de la sutileza de la reacción auténtica y 2. La fuerza censora del interior.